A veces pienso que los diarios en versión papel podrían saber con nombre y apellido cuales son los lectores que ya dejaron de leerlo. Es más, hasta podrían saber cuantos lectores pierden día a día. No hacen falta ni estudios de marketing ni alicaídas curvas gráficas de índices de venta.La semana pasada preguntaba a mis alumnos de periodismo gráfico, unos noventa jóvenes de entre 19 y 22 años, cuántos compraban el diario todos los días.
Me sobro una mano para contarlos. Las ediciones online eran sus preferidas.
Entre mi asombro (es duro escuchar lo que uno ya sabe) y síntomas de fracaso por no poder transmitirle la pasión por el papel, elabore una hipótesis estadística.
Mi teoría marketinera de saber quiénes y cuántos lectores desaparecen por día, basta con tomar el diario y dirigirse a una de las secciones más consultadas por la gente. El propio diario se encarga día de hacer publica su crisis.Creo que la disciplina gráfica es una de las herramientas para generar un cambio profundo en un diario. Periodistas y diseñadores de la información deben defender el orden de los elementos gráficos, los blancos, las calles libres. Quizás si Benedicto XVI hubiera sido diseñador, nos hubiera hecho bien saber que había alguien que con gran rigidez cuidaba la conservadora doctrina del diseño periodístico.
Retomo mi teoría de mercado. Con gran sarcasmo y a la vez respeto profundo, fundamento mi hipótesis bajo el convencimiento de que los avisos fúnebres, con poco margen de error estadístico, son el estudio más preciso de lectores perdidos. A la disciplina interna hay que sumarle algo extra: la ilusión. Sí, la ilusión del periodista y el diseñador de ver al otro día su producción impresa. Que ese papel de diario se convierta en un objeto de valor, por sus características periodísticas, por su textura imaginaria, por sus cualidades artísticas.
A la gente le gusta la tragedia, por lo menos al argentino. La mayoría lee los fúnebres. Se conmueve cuando encuentra a alguien conocido. Se interesa y se pregunta ¿y este quién es? cuando hay una persona que tiene muchísimos avisos. Se entretiene leyendo oraciones personales de despedidas o recuerdos.
De lunes a lunes, hasta las 20 hs el diario espera a sus lectores perdidos. Al otro día, casi como un homenaje inconsciente, los despedirá haciéndolos parte de la tinta y el papel.Los porqués, los porqués!!! son el futuro del diario impreso. Los gestos en primeros planos, la creatividad en un titular, la tipografía convertida en imagen, los textos cortos pero profundos, la limpieza visual, el espacio pensado y el orden visual son el salvavidas y la fuente de la vida del diario impreso.
Que la gente se entere por Internet, por televisión, por celular de que fue lo que paso. Contra esa inmediatez no podemos competir. Pero en el papel, solo en el papel se pueden explicar los porqués de la noticia, en el papel puede vivir la buena pluma y se la puede disfrutar, podemos darle la oportunidad de una pausa al lector, de sentarse un momento a leer una historia, un análisis. Hasta podemos empapelar cuartos de fanáticos del fútbol con excelentes encuadres de sus ídolos o forrar carpetas escolares con ilustraciones...en fin, hay muchos ejemplos válidos.
Sepamos despedir a nuestros muertos en paz, se lo merecen, pero por favor, no los envolvamos con nuestras páginas de diario.