Mitad info, mitad fotomontaje; primeros laburos como colaborador para la revista Aqui Vivimos de Tarjeta Naranja.

Tormenta de placer en las serranías

La columna de Litvinoff hablaba irónicamente del "hermoso verano" que los turistas disfrutan en Carlos Paz. Aquí lo que se me ocurrió para ilustrar esta nota:

¡Ah! ¡Qué lindas que son las vacaciones! Siempre es un placer arrancar el auto y partir hacia las sierras para disfrutar de la naturaleza y el aire puro

¡Ah! ¡Qué lindas que son las vacaciones! Siempre es un placer arrancar el auto y partir hacia las sierras para disfrutar de la naturaleza y el aire puro. ¿Cuál es el problema de tardar 25 minutos para pasar por El Tropezón, si el día recién empieza? ¿Quién puede incomodarse por tardar otros 10 minutos para pasar por la casilla de peaje, si nadie nos apura?
Está bien: tardamos media hora para atravesar la avenida de ingreso a Carlos Paz, pero... ¿acaso no estamos paseando?
No hay ningún espacio para estacionar en el centro de la Villa: mejor, eso nos permite conocer misteriosas calles interiores que nunca habíamos recorrido.
Desde donde dejamos el auto, caminamos ocho autóctonas cuadras para llegar al centro. Menos mal, así ejercitamos un poco los músculos.
Es la hora del almuerzo y en todos los restaurantes hay espera de 45 minutos para conseguir mesa. Por suerte, en ese lapso uno puede conocer en la cola a gente de otras provincias (Buenos Aires, Santa Fe, Chaco) y absorber otras culturas.
OK: cuando nos traen los ravioles, llegan fríos y la cerveza un poquito caliente, pero en el fondo hay que pensar la suerte que tuvimos en encontrar lugar. Además, mejor que no tomemos cerveza, si a la noche habrá que manejar para volver.
A la siesta, vamos hacia el Fantasio, a disfrutar del río. Lástima que no cabe un nanomicrón, que el humo de los asados no deja ver nada y que el río está tan repleto de visitantes que sólo se puede estar parado. No deja de ser una buena noticia que la rueda de la economía se mueva: la gente compra carne, después los remedios para el colesterol y al final los honorarios del cardiólogo para que remueva las nuevas obstrucciones arteriales. Tampoco es malo que no haya lugar en el río, así se contamina menos.
Mejor enfilar para el San Roque. Allí no se puede bañar, ni navegar ni hacer deportes acuáticos, lo que otorga la posibilidad de ensimismarse en el pensamiento y admirar ese paisaje típico de algas, barro y bolsas de nailon.
El mate nos gratifica, en especial si no queremos volver a hacer cola para entrar a un bar en busca de café.
La tarde se va terminando y emprendemos el regreso. Va lento, pero aprovechamos para escuchar ese CD que teníamos olvidado. El CD se termina y vuelve a empezar. Varias veces.
El auto, recalentado por las 10 horas de pleno sol, no deja que tire bien el aire acondicionado. No importa: mejor abrir la ventanilla y respirar ese aire serrano tan nuestro.
No tan lejos se ven nubes negras. Parece que es granizo. Qué suerte, seguro que se llenan los diques.

¡Qué placer estar de vacaciones!

DIOSES, de Daniel Salzano

Tener el privilegio de ilustrar eporádicamente la pluma de Daniel Salzano, es un privilegio que me gusta fanfarronear. Y aquí la ilustración que se me ocurrió para este magnífico texto:

Los aromas de la niñez, el olor a cuero de la talabartería de la calle Rivera Indarte, los números dorados de los relojes de Escasany y la ambrosía soñada por Chammás mientras combinaba por partes iguales dulce de leche, azúcar y huevos de gallina.
La canasta que llevábamos al picnic de los almaceneros. La manteca Paz, el almidón Colman, y los bizcochos Canale. Las primeras lágrimas de amor derramadas tras el duelo de Gary Cooper y Burt Lancaster al final de Veracruz. El traje de la primera comunión con anclas de marinero, los tuquitos encerrados en un frasco de gomina Brancato, la virgencita esmaltada que protegía el tanque de la moto Puma, la mano del pirata negro de la Ortopedia Guerra y la cera de la sacristía de los curas salesianos. Las palabras esdrújulas, la prueba del nueve, los mosaicos blancos y negros de la Legislatura y los rayos que despedían las cejas del profesor Sibelius mientras hipnotizaba a la fila cuatro del teatro Comedia. Las espigas de San Cayetano, los churros de la feria y el rollo de papel higiénico que convenientemente arrojado desde el pullman del cine Cervantes trazaba en el aire una impecable metáfora de la vida. El olor a aceite de hígado de bacalao en el aliento de los niños del Hospital San Roque. El olor a aserrín, a caballo de pompas fúnebres, a pomada Cobra. Los cigarrillos Imparciales, buenos de punta a punta. El bandoneonista ciego que en la puerta de la Legislatura tocaba Desde el alma. El libro de anatomía donde se veía la famosa pepita de oro que las mujeres ocultaban debajo de la pollera, entre la chabomba y el tegobi. La hoja de cuaderno Lanceros donde había que anotar los pecaditos, no fumar, no mentir, no robar, no morir, no anhelar. Chupar una naranja, pelar una mandarina, robar higos, tener un Cadillac. Las noventa cabezas de los fósforos Ranchera, los bifes de marucha, el vestido rojo de Eva Perón flameando en el último vagón del tren más famoso de Argentina. Olor a chinchón, a rodilleras Prócer, a pelota de trapo, a Casa Colorada. Los ojos de caramelo del Niño Dios. El corcho de la sidra Tunuyán. El pesebre fabricado con un cajón de manzanas y en lugar de los tres reyes magos los cuatro de la baraja sostenidos por tacos de madera. Las chicas de al lado. ¿Quién era la mujer del almanaque? ¿Gene Tierney? ¿Amelia Bence? ¿Lana Turner?. La bola roja que impulsaba Pedro Leopoldo Carreras, campeón mundial de carambolas, dormida sobre la mesa del billar de la Asociación Redes Cordobesas. Olor a jazmines, a corona de novia y a friega de alcohol alcanforado. Las caricias trabajadas hasta la humedad en la última fila del cine Mayo. La palabra carammmmmmilos. La palabra aeromentabonbónhelados. La sirena del diario que sonaba cada vez que Jesús resucitaba o Delfo Cabrera ganaba una carrera. De grandes íbamos a ser como los equilibristas alemanes. La máquina de escribir Royal con que los buenos escritores, si querían, podían emular el swing de un aguacero. Los zapatos Gomycuer, las zapatillas Pampero, las entradas a mitad de precio y los encendedores Omega. La vidriera de la tintorería Palermo donde se exhibía el frac de Jorge Arduh, el fantasista del teclado. La cabeza cuadrada de Gatica oculta por una nube de agua perfumada en la peluquería del Pasaje Muñoz. Las pistolas Rebo y las pelotas Pulpo. La sombra del viejo de la bolsa que a la medianoche ya había triunfado sobre todas las cosas, el rumor a papel de las hojas de los árboles y el secreto del viento que tanto me asustaba. Ese niño es mío, ese niño es mío.
Todas esas cosas eran, son y serán el muy famoso Dios mío.

Jugar con los encuadres, otra opción de presentarle al lector una mirada distinta de algún tema.

Era para la columna de Litvinoff, lamentablemente por falta de espacio no publicó. Pero la nota hablaba, entre otras cosas, que en la religión no está mal reir. Y es aquí lo que se me ocurrió.

1 - Para la guía del Argentino A se me ocurrió proponer una tapa doble que mostrara como es el final del campeonato (si recorren el blog encontrarán la tapa de la primera guía que presentaba la primera fase y era un laberinto). 24 equipos, solo un ascenso, miles de idas y vueltas, 22 equipos que se van a la banquina y uno solo que para poder acceder a jugar una promoción debreá contar con muuuuuucha suerte para llegar a ese partido.

2 - "De los creadores de..." llega...: Mañana se cumplen 24 años del debut del "Lole" Reutemann en la F1, aquí la doble central que preparamos con el Rafa Cerezo recordando el acontecimiento.

1 - El torneo Argentino C tiene 319 equipos de todas las provincias del país, 84 zonas y solo 3 ascensos. Tiene mucho de amateur, de barrio y de potrero. Estas fueron las dos propuestas que hice. La del mate hecho fútbol, su significado de compartir y por ser un símbolo de toda la argentina, fue la elegida para presentar el tema.

21 - La nota hablaba de que si el muerto pesa más de 170 kilos, hay que avisar a la funeraria con tiempo sino, no entierran a las personas con mucho peso. Se me ocurrió esta idea que fue la publicada.

2 - Esta fue la otra idea, que no publicó.

Tapa Dakar

Las fotos que llegan del Dakar siempre son espectaculares y aquí no podíamos dejar de usar esta postal y, además, meter un detallito artístico.

1 - Para la loca columna del Milico Heredia que hablaba del fútbol europeo que se juega bajo una ola de frío.

2 - Entre tantas idas y venidas, finalmente se demolió la Casa de las Tejas, lugar desde donde se gobernaba la ciudad de Córdoba. Aquí lo que se me ocurrió para ilustrar la columna del Milico que hablaba sobre el tema.

3 - A la izquierda la primera propuesta de tapa. El Dakar y sus imprudencias, se cobraban otra vida. Eran las 18. A las 0:30 llegó una foto de película del casi campeón, el Qatarí Al-Attiyah. Combo de ideas y, a la derecha, la tapa publicada..., hasta que a la 1:05 am, se decií sacar el logo del Dakar manchado por las dudas los dueños de la carrera se enojaran.

Dos ideas de tapa, una para poder expresarme sin foto del día y otra, la que publicó, con una foto del día con la cual no podía competir, porqué es una postal. Eso sí, título y diseño mío, ja!

HISTORIA DE UNA TAPA

Una entrevista a Ricardo "El Ruso" Zielinski, nuevo DT de Belgrano, era la nota de tapa. A Guillermo Puente, editor de Mundo D, se le ocurrió titular en Ruso.
El fotógrafo nos llama desde el hotel y nos dice que el personaje no se prestó a una sesión de fotos, que trae poco material. Se me ocurre hacer un póster tipo comunista para la portada, por las dudas...
Llegan las fotos, es verdad, tenemos una estatua mirando a cámara. Presento las dos propuestas y los hago dudar. El póster parece tener una luz de ventaja, pero por las dudas de no provocar a nadie, queda para el recuerdo.
Al rato surge una nueva duda, ¿está bien traducida la frase?. En varios traductores aparece lo que está escrito y en otros aparece una traducción distinta. Por las dudas, damos marcha atrás, dejamos todo en castellano y que se imprima.
Fue una tapa racional, pero por lo menos sirvió de entrenamiento creativo para alguna otra ocasión.


...Aunque yo...., hubiera ido con la tapa comunista!.

Calendario deportivo 2011. Podría haber estado mucho mejor, pero con solo 4 hs de trabajo, empezando de 0, cargando los datos a mano y tratanto de equilibrar la página, creo que salió digno. Punto.